viernes, 17 de febrero de 2012

Casualidades y causalidades de la Historia

Yo voy a estrenarme en el blog con algo que descubrí hace algunos meses, y que, a medida que he ido indagando, me ha sorprendido aún más. Me explico;

Como saben ya más de sobra mis amigas y compañeras de blog, yo estudié secundaria en un instituto de Arenas de San Pedro, en Ávila, llamado Juana de Pimentel. Es por esto que yo conocía (más o menos) la historia de esta mujer de principios del siglo XV, que fue esposa de Álvaro de Luna, el valido del rey Juan II de Castilla, y que pasó a ser apodada "La Triste Condesa" tras ser éste decapitado en 1453, al parecer, por insistencia de la reina, 
Isabel de Portugal (madre de Isabel la Católica), quien había empezado a temer el enorme poder que había ido adquiriendo Don Álvaro.

A raíz de estos hechos, tras la muerte de Doña Juana surgiría en Arenas una leyenda que asegura que por las noches el fantasma de la Triste Condesa pasea por el castillo (que aún se conserva) y por las calles de la localidad llorando la muerte de su marido.

Pero lo que yo no sabía era que en la vida de Doña Juana se cruzaron algunos personajes históricos más con los que nunca se me había ocurrido asociarla.

Aparece ahora en esta historia la figura de Rodrigo Maldonado de Talavera, catedrático y rector de la Universidad de Salamanca, quien por el nombre probablemente no os sonará demasiado, pero segurarmente sí lo haga la Casa de las Conchas, el famoso edificio de Salamanca. Pues bien, Rodrigo Maldonado fue quien mandó comenzar su construcción. 

Yo estudio actualmente en Salamanca, y paso a diario junto a Las Conchas. He visto a más de uno entreteniéndose en contarlas. ¿Sabéis con cuántas conchas mandó Don Rodrigo adornar su fachada? Pues nada menos que con trescientas sesenta y cinco, pero el por qué de esto es aún mejor: representan cada uno de los días del año en que él pensaba en la mujer de la que pasó enamorado la mayor parte de su vida como un secreto a voces... Juana de Pimentel. 

Hasta aquí ya era un dato curioso. Lo que no me esperaba descubrir rebuscando en las vidas de estos personajes es que finalmente Maldonado, aunque tristemente no llegó a casarse con Doña Juana, sí consiguió unir en matrimonio a su hijo, Rodrigo Arias Maldonado, con María de Pimentel, la hija de la condesa. Y de este matrimonio nacería Pedro Maldonado, heredero de la Casa de las Conchas, y... ¡aún algo más!

¿Cuál es el primer personaje histórico que se os viene a la cabeza al escuchar el apellido Maldonado? Bien, puede que muchos, pero yo, como castellana, el primero del que me acuerdo es Francisco Maldonado, uno de los caudillos del levantamiento de las Comunidades de Castilla, junto con Juan Bravo y Juan Padilla, entre otros.

¿Por qué ahora esta loca lo enrevesa todo más todavía metiendo a los comuneros en esto? Pues porque resulta que nuestro amigo Pedro Maldonado de hecho fue uno de ellos, y de los primeros además, jefe de las milicias de Salamanca; pero al ser su familia política muy cercana al rey Carlos I, los vecinos recelaban de él y en su lugar acabaron nombrando capitán a su primo, Francisco Maldonado.

No obstante, parece que ni este relevo ni tampoco el ser relativamente próximo al rey lo salvaron finalmente de ser ejecutado, como les ocurrió a su primo y a los otros caudillos comuneros, aunque, eso sí, le tocó un año después que a ellos.

Efectivamente, esto simplemente son historietas que a veces es interesante oír. Pero no he contado esto solamente por mera curiosidad, sino como ejemplo de algo que tiene la Historia de lo que no siempre nos damos cuenta, y es que nada sucede por una única causa, ni provoca un único efecto; y quienes giran en torno a estos sucesos nunca son personajes aislados, sino que sus historias se entremezclan del mismo modo que los hilos en un tejido. 

Digo más: creo que el estudio de todas estas asociaciones puede llevarnos no sólo a comprender el pasado y el presente, sino incluso a predecir ciertos acontecimientos (ahí tenéis al doctor Torres Villarroel, que en 1740 fue capaz de pronosticar la Revolución Francesa con un solo año de error).

No, no es que me esté yendo por los Cerros de Úbeda; es que es precisamente ésto, las  relaciones entre unos hechos y otros, unas personas y otras, lo que compone y da sentido a la Historia. 

miércoles, 15 de febrero de 2012

A vueltas con la cronología


Cualquiera que se haya adentrado un poco en el mundo de la Prehistoria puede percibir que las fechas que se dan son muy imprecisas, siempre sujetas a nuevos descubrimientos o interpretaciones. A pesar de que me encanta la Prehistoria creo que precisamente este es uno de los mayores problemas, nos basamos en los descubrimientos arqueológicos, por lo que un nuevo hallazgo puede llevar al traste ya no sólo con las cronologías, sino con toda una serie de ideas y teorías en torno a las que se estructura, en este caso, la Prehistoria.

En los últimos días han salido a la luz un par de descubrimientos que, si definitivamente se confirman, cambiarian la cronología del arte prehistórico. El primeor de ellos tiene que ver con uno de los mayores conjuntos pictóricos de la Península Ibérica: Altamira. Hasta ahora, sus pinturas se habían fechado en el Solutrense y el Magdaleniense (concretamente los bisontes datan del c. 15.000 B.P.), pero las nuevas investigaciones han retrocedido considerablemente la cronología que se consideraba acertada para el comienzo de las pinturas. Así algunos de los signos realizados en ocre se han fechado en el 35.000 B.P (época del Auriñaciense), acercándose a la cronología de la cueva de Chauvet en Francia. 

A pesar de que éste es todo un descubrimiento, a mi me llama más la atención el segundo, ya que afecta no solo a la cronología, sino al artífice de las pinturas. En la Cueva de Nerja los investigadores han creído identificar una serie de pinturas que corresponderían nada más y nada menos que a época Neanderthal, hasta ahora se asociaba el arte con el Homo Sapiens, al fin y al cabo, ¿qué otro ser sino nosotros iba a ser capaz de realizar una obra de arte?. Supongo que es más una cuestión de ego, de considerarse superior al resto de los homínidos que vivieron antes que nosotros, el pensar que solo el Homo sapiens tenía el intelecto suficiente como para realizar manifestaciones artísticas, pero ahora parece que todo lo que se creía no es verdad, algo de lo que francamente me alegro. A ver como continúan las investigaciones, y si realmente las primeras pinturas descubiertas fueron realizadas por el Neanderthal o no.

Seguiré esperando nuevas noticias, a ver si realmente estos indicios pueden ser una revolución en las interpretaciones de la prehistoria, o seguiremos considerando al Homo sapiens como el único lo suficientemente inteligente, sensible o lo que sea como para realizar las primeras manifestaciones artísticas.

Fuentes:

martes, 7 de febrero de 2012

Clío habla


La verdad es que soy nueva escribiendo en los blogs, pero me gustó la propuesta de mis locas compañeras de clase así que, aquí estamos. 

Desde que he tenido exámenes mi madre en vez de decirme "suerte" siempre me dice "mucha mierda". Lo cierto es que nunca me he planteado ni lo que significaba ni que mi madre fuera  tan mala persona como para desearme mala suerte. El día que le pregunté el porqué me decía "mierda" me contestó que antes, sobre todo en el siglo XVII al ser las compañías teatrales itinerantes, los actores cuando llegaban a las ciudades medían la posible afluencia de público por la cantidad de excrementos que había en el suelo ,defecada por los caballos que tiraban los carruajes de aquellos que acudían al espectáculo. Por lo que, cuanto más cantidad, más éxito.

Actualmente, dicha expresión ha quedado arraigada en el francés coloquial (dire merde) para desearle suerte a alguien antes un examen, competición o de algún acontecimiento importante. También podemos oír dicha expresión entre los actores antes de comenzar su actuación.